
Esta es una denuncia pública.
El calor nos tiene medio locos, ciertamente.35 o 40 grados de sensación térmica trabajando y vestido para la ocasión(si fuera en una playa del Caribe en malla sería distinto...)enloquece a cualquiera.
Pero caminar por el centro porteño en estos días trae otros inconvenientes además de derretirse cual manteca olvidada sobre la mesada.
Esta mañana, antes de venir a la oficina, decidí hacer algunas compras de Navidad, aprovechando todavía el fresco matutino.
Caminé por Corrientes hasta Florida, rumbeando hacia Plaza San Martín.
Ya no es suficiente esquivar pozos y mirar por dónde se camina para no torcerse un tobillo (yo ando con tacos)sino que además hay que esquivar las gotitas, gotas y hasta chorros de los aires acondicionados.
Desde luego, los susodichos goteos están contra los edificios, cosa que dificulta bastante ir mirando vidrieras.
Yo me pregunto: ¿No se puede hacer nada al respecto? ¿los comerciantes venden tanto que no les importa que las personas no puedan ver sus escaparates?
Si, ya lo sé: vivimos en Argentina...
3 comentarios:
encima te quejas, los tipos te refrescan con unas gotas de agua cristalina y no te gusta....!
Te tomaste tu tiempito para volver ,no?
Besos.
Nos falta civismo, leer la Constitución (y en el mejor de los casos) no es ejercerla.Será cuestión de arrancar por allí Nina
Fabián:
¿Viste? Yo soy así: No hay nada que me venga bien…
Nina:
Creo que nuestro problema es mucho más básico que leer a Constitución. Deberíamos empezar por recuperar algunos valores mínimos y aprender reglas básicas de urbanidad. No hay caso… moriré utópica.
Publicar un comentario