lunes, 5 de mayo de 2008

De carne somos

Tengo la teoría que, en general, los seres humanos tenemos una constante de dones. Belleza, inteligencia, carisma, memoria se van equilibrando. Los que ligan mucho de una cosa suelen no ligar demasiado de otras.
Sin embargo, hay algunos afortunados que acaparan muchas virtudes, y hay otros con los que Natura se ha ensañado.
Tal el caso de mi amiga Susana. La pobre es petiza, gordita, con dientes francamente prominentes, peinada como la sota de bastos y, como si eso no alcanzara, no fue dotada de muchas neuronas. Mi hija, con absoluta crueldad, la apodó “La Fronteriza” (porque vive muy lejos, ya en la frontera. ¿O qué pensaban?).
Volviendo a mi teoría, si bien no ligó demasiado en otras cosas, tiene la autoestima por las nubes. Según ella, todos los hombres del edificio donde trabaja caen rendidos a sus pies, y es fácil verla correteando por los pasillos detrás de algún centauro, que huye despavorido.
La semana pasada le tocó el turno a un señor del 8º piso. Después de perseguirlo unos días y plantada que fue en dos oportunidades, me dijo: “Al final, me voy a quedar sólo con mi marido. ¡Es el único que vale la pena!”.
Y esto me llevó a pensar en las dinámicas de las parejas.
Pienso que cada pareja tiene, de forma tácita o explícita, pautas que hacen a su funcionamiento. Y no hay reglas que sirvan para todos.
Por ejemplo, tengo unos amigos a los que yo llamo “simbióticos” (un psicoanalista los llamaría “co-dependientes”). No hacen nada solos. Si hay que ir a la peluquería, van los dos. Si alguno tiene que sacarse sangre, se la sacan los dos. Si ella tiene que ir al centro, él la lleva. Y les funciona (tal es así que hace 29 años que están juntos).
Otra amiga tiene un novio que está casado. Se me dirá que es lo más común del mundo, pero no.
Ambas mujeres se conocen, él lleva a su hija a casa de su amante, y muchas veces cuando va a casa de mi amiga telefonea a su mujer para avisarle que se quedará a cenar con “la otra”. Y también les funciona.
Creo que cada uno establece en plena libertad cómo va a ser su pareja: monogamia, swingers, tríos o cuartetos, siempre que ambos miembros estén de acuerdo.
Sin embargo, y aún a riesgo que lo tomen como una moralina, no me gusta cuando alguien cambia las reglas de manera unilateral.
Vale decir, si yo establezco una relación en que cada uno tiene la libertad de verse cuando quiera o de salir y/o acostarse con otros si así se presenta la oportunidad y después comparten las experiencias, perfecto.
Pero si yo establezco una relación “clásica”, basada en la fidelidad, no debería engañar a mi pareja.
Creo firmemente que la pareja es un espacio donde no cabe la mentira. Donde, aún si haberlo hablado explícitamente, sabemos cuáles son las reglas. Y donde esas reglas no se rompen.

11 comentarios:

Cecy dijo...

hola que interesante lo que planteas en este texto, es verdad hay reglas explicitas que no hacen falta ponerlas en palabras, pero tambien creo que a veces recordarlas no viene mal.
ahora en cuestion de gustos....

besos

F. Fabian S. dijo...

De ahi la feroz honestidad swinger.
Jamas son infieles a pesar de relacionarse con otros. cada miembro de la pareja siempre sabe que hace el otro. No se traicionan, se avisan.Y lo hacen juntos.
Tal vez sea el sistema perfecto.
besos.

F. Fabian S. dijo...

Y como que nunca me presentaste a Susana!!

La Incondicional dijo...

El problema, Doña Patricia, es que muchas veces se establecen reglas que no se logran cumplir después.

♋ Mariposa dijo...

y...hay quienes viven felices pensando que son mutuamente fieles....no?
cada casa un mundo...
Besos Patri, y mi blog anterior lo cerrè por que merodeaba mi psicòloga, y vuelvo a repetir, me presionan y disparo...igual, tengo todos los escritos en la memory, sigo para adelante, total, es mi catarsis...lo que importa, es a quienes conocì por aquì, que en el hoyo negro, me tiraron una manaza incondicional, no los olvido, aunque mucho no lo exprese....
besotes y hermosa semana para ti!

dispersa dijo...

coincido,y feo eso del descarte de tu amiga es decir me quedo con mi pareja ..prq los otros me fallan,o no me dan bola,me hiciste reir con la relación simbiotica y de todas elijo la clásica esa q cuesta en los tiempos q corren,pero tienen q ver con ser fieles a nosotros,un principio q tenemos q revitalizar.

otra cosilla..fui invitada a abrir otro blog y acepté,somos mujeres de distintos lugares,diferentes historias de vida,mujeres como vos aja ja ja (q presunción la mía) date una vuelta:http://manjaresyamarguras.blogspot.com/

un beso

Patricia "La Gata Flora" dijo...

CecydeCecy,
A eso me refiero: cada uno tiene el gusto que le da la gana. Y afortunadamente es así.
Pero cuando establecemos una pareja, ya las reglas se pautan de a 2 (ó 3, ó 4, según sea el caso).
Y sí: de vez en cuando viene bien hablar un poco y ponernos de acuerdo…
Besotes miles

F. Fabian,
Nunca lo probé, así que no puedo decirte si es el sistema perfecto.
Lo que sí me encanta es eso de no traicionarse y de hacerlo juntos. Creo que siempre, sea cual sea la elección, debería ser así.
Y cuando algo no funciona tener la valentía de dar la cara y conversarlo.
En cuanto a Susana, no es tu tipo. Definitivamente. Pero si querés algún día arreglamos y te la presento igual.
Un abrazo de oso

La Incondicional,
Así es. La gente cambia, crece (o decrece, según el caso), envejece, tiene nuevos intereses o retoma los viejos. Y junto con la gente cambian las reglas.
Pero que cambien significa que debemos hacer nuevas reglas, conversarlo, acordar. No romperlas ni traicionar.
Besos y éxitos con el nuevo emprendimiento.

♋ Mariposa,
A veces me pregunto si realmente las personas engañadas no se dan cuenta, o prefieren no mirar. He visto aguantarse cualquier cosa con tal de no cambiar la forma de vida. ¿Se puede vivir feliz así? No lo sé…
En cuanto a vos, me alegra haber podido serte un poquito útil. Creo que en gran medida todos hacemos catarsis con el blog.
Besotes miles, y seguí para adelante.

dispersa,
Si bien soy una defensora de la libertad a ultranza, no tienen por qué gustarme algunas actitudes.
Para mí es mucho más honesto hablar con la persona que tengo al lado sobre lo que me está pasando que intentar otra cosa y quedarme si no me sale. Pero reconozco que no es fácil.
En cuanto a las relaciones, creo que a esta altura de mi vida ya no tengo ganas de una relación “clásica”. Me costaría mucho tener a un tipo todos los días en casa, de buen o mal humor, transpirado o muerto de frío… Prefiero alguien con quien verme cuando tenemos ganas y después taza… taza… cada cual a su casa.
Eso no significa no ser leal. Para mí son cosas distintas.
Pasaré pronto por tu blog.
Besotes

dispersa dijo...

me hiciste reir con transpirado o muerto de frío..
tal vez no me supe expresar :"clásica "para mi no tiene q ver con la convivencia,me refería a clásica como : hombre y mujer,dos no tres,ser leal a uno mismo es para mi Estoy porq quiero y no porq "no soy feliz pero tengo marido"(título de obra teatral q no vi),o porq estoy al pedo,o porq hay un gran componente desvalorizante para las mujeres "solas",clásica no es tan clásica para mi,aja ja aj debí aclararlo.

Minombresabeahierba dijo...

Excelente lode tu amiga Susana! arriba esa autoestima; ah lo de la codependencia de terror!, y la fidelidad con franqueza por ambas partes, que valiosa! pero tengo la sensación que es muy hablada y poco practicada, al menos en intenciones. besos

Anónimo dijo...

Cada pareja es un mundo y cada mundo parece tener sus reglas lo lógico es que cuando mundos difieren en sus reglas el fracaso bañan las costas de la pareja.
El engaño es bastante común también para engañarse a uno mismo y sentirse quién no es como método de defensa.

Besote

Patricia "La Gata Flora" dijo...

dispersa
“No soy feliz pero tengo marido” no la ví, pero leí el libro.
Definitivamente concuerdo con vos: quiero estar con alguien sólo porque los dos así lo deseamos, y no por otro motivo.
En cuanto a lo “clásica”, también concuerdo. Sin embargo, trato de aceptar sin juzgar a los que prefieren otras cosas. Cada uno tiene derecho a hacer dentro de sus cuatro paredes lo que más feliz lo hace. Y, en definitiva, ¿quién sabe lo que es mejor o más divertido?
Besotes miles

Minombresabeahierba
Y… sí. La franqueza no es algo que abunde ni por estos pagos ni por ningún otro.
Lo que pasa es que a mí me hace sentir algo así como: “mirá, estoy con vos porque más vale malo conocido que bueno por conocer. Pero en cuanto consiga algo mejor te mando al diablo. Pero no me voy a jugar, porque por ahí tengo que pasarme un tiempito solo/a…”. Feo…MUY feo. En el fondo es no atreverse a poner las cartas sobre la mesa.

A mí también me parece de terror la co-dependencia pero, insisto, a ELLOS les funciona. Y les deseo que les dure por siempre (es la madrina de mi hijo mayor, y los quiero mucho).
Besos

Guillo
Pienso, como vos, que cada pareja establece sus reglas. Y, expresadas oralmente o no, cada miembro las acepta.
Hay muchos motivos por los que se engaña a una pareja, pero considero que ninguno es para engañarse a uno mismo, ya que sabemos muy bien lo que estamos haciendo.
Pienso que en el fondo es darse cuenta que lo que tenemos al lado no cubre nuestras expectativas pero no nos animamos a hacernos cargo y dar la cara. No lo estoy condenando: a todos nos cuesta decir: “Me juego por lo que creo y me la banco”. A mí, por lo menos, me cuesta muchísimo.Y hasta a veces lo hago.
Un abrazo