lunes, 9 de junio de 2008

Mis 1º 15 minutos de fama



Muchas veces La Incondicional contó papelones varios protagonizados por su familia. En mi caso, no necesito a nadie para pasar vergüenza. Me basto solita.
Tengo un carromato con pretensiones de auto modelo '92. Conseguí comprármelo gracias a Julián Weich y su programa "Trato Hecho".
El asunto fue así: unos amigos de lo ajeno encontraron mi auto anterior tirado en la calle y, pensando que alguien se lo había dejado olvidado decidieron quedárselo sin darme ningún tipo de aviso.
Cuando fui al seguro, me dijeron que la última cuota del mismo estaba impaga, y que por lo tanto no cobraría nada.
Inútil fue rogar, llorar, patelear y ofrecer favores a quien me atendía, principalmente por tratarse de una señorita y no tener yo esas inclinaciones sexuales.
Cuando ya creía todo perdido porque no tenía forma de juntar nuevamente dinero para comprar otro auto, recordé las palabras de mi gurú amigo Eduardo, cuando decía que si las cosas no salían por los caminos habituales había que abrir lo suficiente la cabeza para ser capaz de buscar vías alternativas.
Con esas ideas girando por mi cerebro (no hay muchas neuronas, así que tienen espacio suficiente para hacerlo) me bajé un martes del 28 en la Estación Constitución.
- ¿Y por qué no?, preguntó mi ello, tan iluso como siempre.
- Porque te verán por la tele haciendo EL SAPITO, me contestó mi amargo superyó.
Maniatado que hube al plomo, dirijí mis pasos hacia la productora, cercana a esa estración de trenes.
Había allí un nutrido grupo de personas esperando ser entrevistadas. A todas las anteriores a mi turno les decían que los llamarían para participar, así que entré bastante desilusionada.
El caballero que me atendió me informó que me harían un "test de cultura general". Como algún que otro libro había leido durante mi vida, dije "¡cómo no!".
Las preguntas fueron bastante simples, y creo que debo haber sacado un MS (antes de la reforma educativa hubiera sido un 9 o un 10), porque me preguntaron si podía hacer una prueba de cámara.
Completada la misma, me citaron para el día siguiente para grabar. Debía ir con un acompañante.
Llegué a casa exultante, y le pregunté a mi hijo mayor (el único que en ese momento tenía la edad suficiente) si estaría dispuesto a acompañarme en ese papelón, a lo que contestó que sí, muy divertido.
Con ánimo de joda y toda la fe en mí misma, partimos ese miércoles al alba hacia Martínez en el 60 (no sean guarangos. No me llevé ninguna birome).
En el estudio había millones de personas ocupando las tribunas (por suerte, porque hacía tanto frío que venía bien un poco de "calor humano"). Un grupo de asistentes nos trataban como ovejas, llevándonos de acá para allá, controlando que nadie se moviera de su lugar ni para ir al baño y repartiendo bufanditas del color que correspondiera (lila, en nuestro caso).
Primero participaban 2 tribunas. La ganadora seguiría jugando. Ya adivinarán que la triunfadora fue la nuestra.
Iniciamos la segunda etapa compitiendo los 5 sectores del mismo color. También está de más decir que ganó el nuestro (el 5, para ser más exactos).
En ese momento, pasado ya el mediodía, hicieron un receso en el que nos convidaron un alfajor, nos dejaron salir un rato al gélido y nuboso día y nos permitieron hacer pis en unos inmundos baños químicos.
A los ganadores nos acomodaron en los atriles. Yo estaba segura que en esa instancia ganaría: piqué en punta, y no la abandoné hasta el final.
Otra persona y yo debimos hacer el infausto sapito y responder el acertijo matemático. El hombre con el que competía apretó el pulsador. Yo pensé: "¡¡¡¡Nooooooo!!!! ¡¡¡¡Llegar hasta acá y perder!!!!". Pero se equivocó, y pasé a ser la ganadora.
Elegí el maletín número 11 y, después de todo el circo, gané lo suficiente para comprar mi batata. Un mes después me entregaban el cheque.
Lo que siguió fue increíble. Durante una semana era imposible salir a la calle. Para hacer las compras tardaba una eternidad, porque cada uno me preguntaba sobre el programa. Me pasó de estar en un bar y que se me acercara una señora mirándome como si fuera un fantasma preguntándome si efectivamente era yo la que había participado el domingo pasado.
¡Me cacho que tiene fuerza la caja boba!

4 comentarios:

Cecy dijo...

pla pla pla, la verdad mis felicitaciones, por animarte y ademas ganar, que genia, yo no podría con mi timidez...

me encanto!!! besitos nena

Alicia's Own dijo...

Hey!

Creo que este es mi primer comentario aquí...

Me hizo acordar cuando para un viaje andaba medio corta de plata y participé en el "Esto me SUena" de Susana Giménez.

Gané 1590 dólares en esa época que al final no lo usé para el viaje pero más adelante me sirvió con otro poco que pude rescatar del corralito!!!

Yo no le había avisado a NADIE que iría! Y a mí me explotó el teléfono de la gente llamando preguntándome si era yo la que salía en la tele en ese momento!!!

dispersa dijo...

¿Y EL PAPELÓN ? AJA JA , SOS MULTIFACÉTICA.
COMO SE DICE DETRAS DE PANTALLA "MEJOR TE PERJUDICA",JE JE .

ME ENCANTO LO Q CONTASTE,SOS UNA MUJER CON UN CULO INCREIBLE AJA JA JA ,NADA POÉTICO LO MIO,Y MUY MASCULINO..
Ahh Hmmm
Dijo un día un sapito

Ahh Hmmm
Dijo un día un sapito para mi

Los sapitos hacen
Hmmm Ahh Hmm

Los sapitos hacen
Hmm Ahh Hmm

lindo recuerdo.

Patricia "La Gata Flora" dijo...

Aunque un poco tarde, no quise dejar de contestar a los que se tomaron el trabajo de comentar mi post.

RAYITO DE TERNURA- CINE COMPARTIDO
Hola Yerman! Bienvenido a casa.
Estuve paseando por tus blogs. Lamentablemente me encontraste en un momento difícil y no pude dejarte comentarios, aunque hubo algunos textos del blog erótico que me gustaron mucho.
Un gran cariño.
CecydeCecy
Yo también soy extremadamente tímida, pero afortunadamente no temo al papelón. Y mucho menos cuando eso me significa poder comprarme el auto.
Besitos, y pronto estaré por tu blog.

Alicia Seminara
Sí, es una experiencia increíble la de aparecer en la pantalla. Es imposible creer que tanta gente te está mirando.
Creo que el mundo es de los audaces, y no sólo dando la cara en un concurso de la tele.
Miles de felicitaciones para vos!!!

dispersa
En realidad empecé el post pensando en otro papelón que hice con el auto y desvió en esto. Para que no te quedes con la duda, te cuento: El día anterior a mi post había ido al supermercado. Como ando con algunos problemillas serios que me tienen el cerebro bastante ocupado, hice las compras sin mirar demasiado y bajé, con todo y carrito hasta el estacionamiento subterráneo sonde SIEMPRE dejo el auto, más o menos en el mismo lugar. Cuando llego, el auto no estaba. Mientras me decidía si entristecerme o saltar de contenta por habérmelo quitado de encima, di unas cuantas vueltas. Pero ni rastros. Así que llamé al caballero de seguridad (digo “caballero” porque yo, en circunstancias similares, no hubiera reaccionado tan amablemente). Le expliqué la situación y, mientras el señor hablaba por el Handy no se a dónde, recordé que ese día había estacionado arriba.
Pedí mil disculpas, roja como un tomate, subí, cargué y huí avergonzada.
El pobre hombre debe haber pensado: “¡Hay cada loca, mi Dios!!!!”