miércoles, 5 de septiembre de 2007

Sherlock Holmes Museum




Hoy no tengo ganas de dedicarme a la filosofía barata (y los zapatos de goma ya los guardé, porque se acerca la primavera). Así que prefiero contar mi experiencia con los muñecos de cera ingleses.

El día había amanecido con un sol radiante, aunque fresco, y fui hacia Baker Street (North West).
En lugar de ir derecho, preferí meterme por las callecitas buscando el Sherlock Holmes Museum.
La calle por la que me metí resultó increíble, con casas estilo inglés (obvio) alucinantes. En una esquina había una pequeña iglesia de vaya a saber qué año (no lo encontré) y, en cruz, un tradicional “girl school”. Inmaculada y Euskal Echea parecen edificios de última generación al lado de eso.
Preguntando me indicaron una calle para ir al museo y ¿saben qué encontré? La casa de San Martín. ¡Sí, señores! La misma que mostraron Pergolini y Piña en “Algo habrán hecho”. Pero no pude entrar, porque el acceso era restringido y había que pedir autorización previa. Pero le saqué una foto.
Después fui a verlo a Sir Arthur Connan Doyle.
El museo de Sherlock Holmes es un lugar sobrecogedor. Al entrar hay un gran salón donde venden tolo lo imaginable sobre Sherlock y Watson, aunque la billetera tiembla de sólo mirar.
El salón era bellísimo. Estaba tapizado al mejor estilo inglés, con una enorme araña colgando en el centro. Después se entraba por una puerta labrada a un universo increíble. En primer lugar, en la entrada hay abrigos, capas, sombreros, pipas, lupas. Uno puede usar todo lo que quiera y vivir su propia historia de detectives.
El lugar es muy angosto. En el 1º piso están el dormitorio y el escritorio, uno tapizado en verde y el otro en rojo, con un gran hogar y ventanales que dan a Baker Street. Todo el museo está impregnado de un olor muy particular y es bastante escalofriante.
En ese piso había un hombre que parecía “Largo”, el de los Locos Adams, que se confundía con los muñecos de cera del piso superior, muy amable, que estaba ahí para solucionarte todos los problemas, sacarte fotos o explicarte lo que quisieras saber.
Después se accede al 2º piso, donde hay otras dos habitaciones, donde vivía el asistente de Sir Connan Doyle. No son tan bonitas como las anteriores.
Lo más terrible fue el 3º piso. Ahí había muñecos de cera representando diferentes crímenes. Debo confesarlo: me cagué en las patas. Yo estaba solita mi alma, y no me animaba a acercarme a las figuras. Quería sacar fotos, pero mi corazón era un caballo desbocado. Sea dicho de una buena vez: a los ingleses les encanta el morbo.
Por fin, en el 4º piso estaba el baño (como para llegar apurado de la calle…), bellísimo con sus sanitarios decorados… Y bajé a toda prisa.
Volví al salón principal con la ilusión de encontrar algún recuerdo al alcance de mi bien flaco monedero, pero no hubo caso. Pero no importa. ¡¡¡Volveré y seré libras esterlinas!!!

10 comentarios:

♋ Mariposa dijo...

que emociòn da la descripciòn!...bàrbara!..y el morbo comparto me gusta "0" y nadita de nada....pero sabes...coleccionaba teteras..habìa lindas por allì?
besos!

Anónimo dijo...

Q envida q me genera saber q estuvistes y yo no pude ir todavia!!


sana envidia


besitos


dani

Patricia "La Gata Flora" dijo...

Mariposa:
No me fijé en las teteras, pero tés, había de todos los colores y sabores.
En algún momento voy a escribir sobre "Divertimenti", que es como el Gato Dumas inglés. Ahí había de todo lo que puedas imaginarte sobre cocina. Adoro los paseos "no tradicionales".

Patricia "La Gata Flora" dijo...

Danu:
Desde siempre quise ir a Inglaterra. Cuando era chica soñaba en inglés. Me gusta pensar que habré vivido allí en otra encarnación.
Nunca había hecho nada "loco" en mi vida. Siempre fui seria y formal. Pero me estoy acercando a los 50, y el medio siglo me está pegando duro. Así que el año pasado, en medio de bastantes quilombos familiares y sin un mango pedí un crédito en el banco y me embarqué en la aventura. Y, sin temor a equivocarme, fue una de las cosas más fabulosas que me pasaron en la vida. Sólo hay que atreverse.
Si de verdad lo deseas, soñalo, acariciá tu sueño, caminá en esa dirección... y tirate de cabeza a cumplir lo que deseas.

La Incondicional dijo...

Este post no me merece otra cosa que la mayor de las envidias!!!!!!!!!!!!! Ja, ja. Espero poder seguir tus pasos unos de éstos días.

Patricia "La Gata Flora" dijo...

Incondicional:
Para mí, viajar es lo más maravilloso del mundo. Pero no me gustan los tours. Me armo un itinerario y viajo en tren o subte. Me mezclo con la gente del lugar y converso con ellos. Adoro conocer otras formas de vida, otras culturas, otras idiosincracias. El año pasado me gasté un montón de plata en ese viaje (y las que somos madres sabemos la culpa que eso nos genera), pero fue fascinante.
Si podés, hacelo en algún momento. Lo que un viaje te hace crecer no lo conseguís ni con años de terapia...

Guillo dijo...

Que bello, ya tienes tus pasos por el mundo y en uno de los mejores lugares. Una vez escuche a un profesor que vivió en Inglaterra y decía que los ingleses eran unos señores de día y unos degenerados de noche y todavía lo recuerdo. No sé si es cierto pero me quedo en la memoria y tu relato me lo hizo acordar. Que foto!, tienen un estilo y un diseño muy elegante en todo aspecto tanto en estructura como en vestimenta. Sherlock Holmes no es la excepción, clase y elegancia para un maestro de la investigación aunque sea ficticio.

Saludos

Patricia "La Gata Flora" dijo...

Guillo,
Espero que estos sean MIS PRIMEROS PASOS por el mundo. Descubrí que el mundo es más ancho que mis caderas (Joaquín Sabina dixit).
En cuanto a los ingleses, de día mi experiencia fue fantástica. Me daban ganas de preguntar cualquier cosa sólo para que me dijeran "Yes, Milady?".
De noche mi experiencia no fue tan vasta porque llegaba reventada. Pero, después de todo, ¿quién quiere un caballero a esas horas?

El vulcano dijo...

60 libras del año 2002 me costo el gorrito de Sherlock....pero no veas lo que presumo cuando alguien viene a casa. Saludos.

Patricia "La Gata Flora" dijo...

Vulcano:
Yo no tengo el gorrito de Sherlock, pero tengo el llavero souvenir del cumple de Freddie Mercury, y creo que mis amigos ya están podridos de escucharme decir de dónde lo saqué. Pero para mí es un trofeo, y mis allegados tendrán que seguir soportando...