Antojos

Ayer había planificado una actividad y por distintas circunstancias no pude hacerla. La principal razón fue que no hablé claro. Y me quedé con todas las ganas.
Hasta hace un tiempo era de las que siempre esperaba que los demás dieran el primer paso. Y, como si eso fuera poco, los otros debían adivinar lo que yo quería.
Veo a muchas amigas que actúan de la misma forma.
Y la verdad es que los demás no tienen por qué adivinar.
Oigo quejas permanentes: "¡Es mi cumpleaños y ni se acordó!", "Quería ir al cine y no me invitó" o "tenía ganas de ver a Fulanio pero no me llamó".
Si tengo ganas de ir al cine, ¿por qué no llamar YO a Fulanito?
Me parece que ésta no es una actitud privativa de las mujeres, pero es en quien más la veo.
Todos estamos muy ocupados, y no tenemos ninguna obligación de resolver los problemas de nuestros amigos. Podré hacerle un favor punual a alguno, pero nada más. Gracias a Dios.
Eso nos obliga a hacernos cargo y a tratar de satisfacer nosotros mismos nuestras necesidades.
Esto parece sencillo pero en la práctica no lo es tanto.
Sobre todo a las mujeres, nos enseñaron a ser pasivas, a esperar que el otro "ataque". "No quedaba bien" ir al frente. Y así nos va.
Afortunadamente, veo que las chicas más jóvenes que yo actúan de otra manera. Son más lanzadas, más libres, tienen menos tapujos.
Sería bueno para las que todavía nos hacemos las "curquetas" tratar de abrir un poco la cabeza y aprender de ellas.
De lo que sí estoy segura es que actuando de esa manera la pasamos mucho mejor.
Sabina lo dice mucho mejor que yo: "Los besos que perdí por no saber decir te necesito".