jueves, 7 de febrero de 2008

La historia de mi vida



Escribí este relato hace un tiempo. Es verídico palabra por palabra. Es muy personal, sepan disculpar.

Ese sin duda sería uno de los peores días de mi vida.
Mi madre tenía un meningioma en la nuca. Era un caso grave: ya tenía problemas de motricidad y había lugares en que la médula medía 1 ó 2 mm por lo que debía ser operada.
La intervención era muy complicada porque se corría serio riesgo de cortar definitivamente la médula y que quedara cuadripléjica. El médico no nos daba muchas esperanzas que fuera exitosa.
Con toda esa preocupación en la cabeza salimos temprano de casa. Iríamos en el auto hasta la oficina del que entonces era mi marido y de ahí yo seguiría en colectivo hasta el sanatorio.
Como siempre que había una circunstancia en que yo necesitara ser contenida, él se ponía furioso.
Sin poder recordar todavía por qué (nunca hicieron falta muchas excusas), empezó a gritar y a discutir. A menos de la mitad del viaje paró el auto y literalmente a patadas me sacó a la calle. Acto seguido revoleó mi cartera por encima del techo.
Ya estaba acostumbrada a llorar en silencio. Me calcé mis anteojos oscuros y fui hasta la estación a tomar el tren: lo único que me importaba era acompañar a mi madre en ese trance.
El viaje se hizo interminable, pero afortunadamente llegué antes que entrara al quirófano.
La espera fue angustiosa. Los cuatro que estábamos ahí disimulábamos como podíamos la preocupación sentados frente a sendas tazas de café.
La cirugía salió bien, pero quedaría algunos días en terapia intensiva para control.
Después de verla emprendí el regreso a casa, donde estaría mi suegra para recibir a los chicos al volver del colegio.
Al llegar encontré el living lleno de sangre, y mi suegra recostada en mi cama. Estaba confusa y no recordaba bien qué había pasado.
Con la premura del caso llamé a mi cuñado, que tenía auto, para llevarla a otro sanatorio (recuerden que mi auto estaba en la playa de estacionamiento del trabajo de mi ex. No fuera a ser que en un día como ese lo necesitara para algo y él me solucionara fácilmente el problema). Ella también quedaría internada en terapia intensiva.
Mientras hacían los trámites intenté comunicarme con mi hermano. Estaba muy inquieta porque mis hijos llegarían de la escuela y encontrarían todo el desastre sin saber qué era lo que pasaba.
Por suerte Gaby pudo llegarse a casa a decirle a los chicos lo que había sucedido y tranquilizarlos. Les dijo que todo estaba bajo control y que yo volvería en cuanto pudiera.
Los días siguientes fueron una locura. Tomaba tren-subterráneo-tren cruzando toda la ciudad para ver a mi madre media hora. De ahí salía corriendo a ver a mi suegra por otra media hora, pero en una clínica que estaba más allá de mi casa. Y eso sin olvidar mi casa y mis hijos.
Tal vez este relato de una de las tantas veces que fui lastimada pueda explicar un poco por qué tengo tan baja tolerancia a la violencia…

9 comentarios:

Barbie dijo...

tu relato inundo mi alma de tristeza, lo unico que me tranquilizo fue que al releer descubri que decia el termino ex. Como a veces no llegamos a ser del todo concientes de las aresiones que aguantamos, de como no nos hacemos respetar.
Sos una mujer fuerte, eso se lee y se admira!!

Sweet carolain dijo...

pero que paso con tu suegra? y con tu mama?

el_iluso_careta dijo...

un relato muy íntimo comopara comentarlo...

dispersa dijo...

lo bueno de contar cosas dolorosas con tu EX es notar q uno pudo sobrellevar y sobre todo cambiar las reglas,es decir esto era ANTES ahora soy asi y permito esto y esto no...aunq se filtre algo porq no venden los chalecos anti...,lo bueno es salir del blanco en este caso de tu ex.
Sé q una no es la misma ..después del sufrimiento pero HAY Q SEGUIR,FORTALECERCE y creo q vos estas en camino.

TE ABRAZO HOY Y POR AQUELLA VEZ Q ERA LO ÚNICO Q NECESITABAS.

dispersa dijo...

Patri:

en el post de hoy tienes algo para vos.

Un beso

La Incondicional dijo...

Demás está decirte que me sentí como viendo una película repetida. Pero bueno, pudimos salir. Otras todavía siguen ahí. Y encima por propia voluntad. Que Dios las ampare.

Patricia "La Gata Flora" dijo...

Barbie,
Definitivamente a veces nos cuesta mucho darnos cuenta de las agresiones. Lo que sucede es que creemos estar hablando con personas normales, cuando no es así. Lo importante es no reaccionar demasiado tarde.
No se si soy una mujer fuerte, pero hasta ahora no pudieron conmigo…
Muchas gracias por tu comentario.

Loca Como Tu madre (Ex Dulce De Leche),
Afortunadamente mi suegra y mi mamá están vivitas y coleando y, porque no decirlo, hinchando las guindas de vez en cuando.

el_iluso_careta,
Sí, es muy íntimo. Sin embargo, mi intención no fue de ninguna manera molestar a nadie, y lamento si así lo sentiste.
Lamentablemente hay muchas mujeres que pasaron por cosas parecidas. Y me parece que cuando ves que a otros también les pasó, te sentís un poco menos sola y con más fuerzas para seguir adelante.

dispersa,
Muchas gracias por el abrazo. Mas tarde, pero me hizo igual de bien.
Pienso a veces que debo ser muy dura para aprender, porque la vida me puso varias pruebas severas. Pero gracias a eso soy lo que soy, descubrí que puedo, que un poquito aprendí y que puedo seguir adelante. Y no es poca cosa.

La Incondicional,
A veces no es tan fácil salir. Por suerte vos te avivaste antes que yo. A mí me llevó mucho más tiempo. Y sí, que Dios ampare a las pobres desafortunadas.

el_iluso_careta dijo...

NENA NO SE DE DONDE SACÁS QUE YO PIENSE QUE ME MOLESTÓ TU POST...
ME REFERÍ A QUE LO ENCONTRABA MUY TUYO, COMO PARA DECIR ALGO DESDE AFUERA...NADA MÁS

Patricia "La Gata Flora" dijo...

Iluso careta,
Me alegro que no te haya molestado.
A veces necesito contar estas cosas. Es como una catarsis.
Besotes